miércoles, 28 de enero de 2009

El truco de chistera (IV)

Amén de los factores políticos relacionados con su elección, las tareas de estos nuevos hombres de negro, trajeron un orden que parecía inalterable; tenían las llaves, conocían las entradas, las salidas, y muchos de los oscuros caminos. La fórmula funcionaba, y el juego crecía desmadidamente. Aparecieron después los traductores del juego, quienes voluntariamente convertían los papiros en sveringlish a los más diversos idiomas. La gente se multiplicaba por centenas, el imperio sverigo se expandía por los 5 continentes, los foros se volvían tan recurridos y activos que hasta hubieron de nombrarse moderadores de las conferencias. El staff de voluntarios, —los bienamados workers— eran pilares del crecimiento.


Y entonces se derramó el vaso.

Hay quienes no toleran las historias de éxito. Y en mayor o menor medida, comenzaron a surgir los ataques. Pero aquí hay que distinguir algo importante; una cosa es la impotencia de un usuario que ha sido descubierto haciendo cosas fuera del reglamento, y ha sido echado; otra, algunas acciones temerarias en los huecos de seguridad que ha tenido el sistema, para beneficio deportivo del trasgresor, pero que —bajo la premisa de que el fin justifica los medios— persiguen satisfacciones individuales, y otra muy distinta, la malicia dolosa de quienes han atacado el juego sin más motivo aparente que el de exhibir las carencias de los mecanismos que le dan vida al sistema.

Tuvieron entonces los suecos que endurecer su sistema de seguridad, y el producto estelar de Extralives dejó de ser una puerta abierta para todo el mundo; había que pasar cadena. Entonces, pasó lo impensable. El crecimiento se detuvo. Cuando pensaban que la tendencia a la alza seguiría infinitamente, quizá no repararon en las consecuencias posteriores de todas esas decisiones tomadas a la ligera. Una sensación de que en realidad tu, como usuario individual, no importas fue invadiendo a los que más tiempo llevaban siendo habitantes de esta colonia, y el atractivo para viejos y nuevos inquilinos se fue perdiendo.

Pero el balón seguirá rodando. Al juego le queda mucho tiempo de vida por delante. Decir que la tendencia a la baja sigue, sería además de impreciso, algo pesimista. La gente de verde se ha enfocado en incluír más y más características, como ha venido siendo tradición. Incluso, en el más loable afán de renovación, decidieron cambiar todo el diseño, la interfaz, y aquellas cosas que son modificables desde el código fuente. Como decía en un principo, hace ya tiempo que los suecos perdieron el control de todos los códigos que rigen este juego. Han pasado de ser los emperadores absolutos, a meros líderes del parlamento.

Factores políticos, deportivos, regionales y un sinfín más se mezclan, se permean interactúan y fluctúan de manera cotidiana. Como en todas las sociedades complejas, hay quien lleva esto del paroxismo al vilipendio, de los conspiranoicos hasta los que todo este detalle paralelo les es por completo indiferente. Hay muchas formas de permanecer aquí, hay muchas formas de jugar al truco de chistera. Pero decir que esto es sólo un juego, es como decir que Borges es sólo letras.

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