lunes, 21 de abril de 2008

El domingo, la familia

Decir que Hattrick es sólo un juego, es como decir que Borges es sólo letras
—yo mismo, 2005.


Hola, Soy Genrus. Algunos conocen la historia del apodo, algunos no. Probablemente muchos me conozcan a través del dichoso jueguito verde, que es a la postre, la intención temática de este blog. Y del juego, lo que más me maravilla día a día, sin duda, no es su parte lúdica.

Como todos los domingos, en los que dispongo de un momento de paz, me siento delante del ordenador, sin la presión creativa que es parte de mi vida cotidiana como diseñador. Es un día en el que puedo dejar un poco de lado todos mis agobios, todas mis inquietudes, y entregarme en pleno a la tarea de escribir. Escribo sin prisa, sin la autopersecución de cuidar mi redacción o la congruencia de mis frases. Así, de juego. De todas las facilidades que dan la liberadoras y biennombradas ganas de echar desmadre.

No sé exactamente cómo este jueguito se volvió tan presente en mi vida. De haberlo sabido de antemano, quizá me habría acercado con más cuidado, pero nunca me arrepentiría de haber entrado. Me ha traído alegrías —las más—, me ha traído excelentes amistades y personas, así como también inquietudes, enojos, rabias, retos, satisfacciones sinsabores y una serie de emociones que no son tan difíciles de describir para el usuario, como tratar de comprender para quien no lo es, para quien nunca ha sido parte de esto.

Día a día durante estos años, he encontrado una razón para loguearme. A veces el enojo me hace hacerlo con rabia, o desloguearme abruptamente tras leer algo que no me gusta. A veces también me he conectado de los sitios más inverosímiles, o en las situaciones menos propicias. Algunos se jactan de estar conectados y posteando a las cero horas del 25 de diciembre o del primero de enero, pero aseguro que muy pocos (jactanciosamente no demasiado pocos) han interrumpido un coito a la 1 de la mañana, para ir a ofertar por un portero que es fundamental para la víspera de un trascendental partido de liga.

Sin duda, escasas de las que uno ha hecho en pro, en contra, en pos o ex profeso para el juego, no son como para sentir al menos un poco de verguenza, sobretodo si son analizadas desde la lógica del tan mentado pero a la vez tan ausente sentido común (sic). Los que estamos aquí lo sabemos. Lo entendemos. Muchas veces nos burlamos de situaciones particulares, pero con la mesura que corresponde al hecho de que nadie puede garantizar que a nosotros no nos pasará. Muy a la manera de cada quién, todos estamos en mayor o menor medida estamos locos. Todos nos apasionamos, sobrereaccionamos, nos angustiamos o llegamos a las fronteras del paroxismo en algún momento, y miramos con una sensación parecida a la lástima a quienes no comprenden nuestra aparente sinrazón.

Harto seguido, la gente que no es parte de este mundo, considera que somos una panda de inadaptados, geeks y discapacitados para llevar una vida dentro de la definición académica de lo "real". Nosotros solemos considerar lo mismo, pero nos sigue gustando compartirlo log a log. Somos unos verdaderos fenómenos sociales. Somos una gran familia. :)

martes, 8 de abril de 2008

Síntomas. (Primera de muchas partes)

Ud. puede tener algún grado de adicción al juego, si presenta por llo menos alguno de los siguientes síntomas.

1.- Ha pagado más de lo que tenía planeado por un jugador, sólo por ganárselo a ese holandés desgraciado, quien además estuvo haciendo dolosamente sus pujas en el último minuto.

2.- Ha pernoctado, puesto el despertador, o dejado de hacer algo importante, sólo para poder pujar en una subasta, y ganarse a ése medio central que tanto necesita su club.

3.- Ha gritado ¡Gol! durante un partido a través de HT-Live. No, no hablo de sólo alegrarse: Hablo de gritarlo, alzar los brazos, incluso hacer alguna pirueta,  y notar cómo tras ese breve instante de euforia, la gente se lo queda mirando como si estuviera loco. Incluso cómo gente se acerca a su monitor a mirar qué hace, sólo para ver una página verde y un texto en rojo, y confirmar la teoría de que en verdad ud. está loco.

4.- Ha estado silbando, mordiéndose las uñas, pulsando enfermizamente F5, mirando el reloj, o respirando con dificultad durante los últimos minutos de un partido difícil, en donde casual o inesperadamente, se está obteniendo el resultado favorable.

5.- Ha celebrado una victoria contra ese hdp del líder de su liga, que se pasó el torneo entero bardeando acerca de sus objetivos, de su gloria, de cómo la división le quedaba chica, etc. y no importando el MOTs, ni el que quizá la semana entrante ud pierda en casa contra el colero, el placer de sentir que le escupimos el guisado, lo paga todo.

6.- Se ha pasado más de 15 minutos poniendo una alineación, o la ha cambiado más de 4 veces en el transcurso de un día. La mayoría de éstos cambios o indecisiones, sólo es en las órdenes tipo "ofensivo" o "defensivo", y no es nada radicalmente distinto a lo que ha empleado los últimos 8 partidos.

7.- Ha pensado en más de una ocasión que el juego está mal, que Johan, Björn, y compañía no son más que una manga de frikies, y que los suecos sólo deberían dedicarse a organizar los premios Nobel, pues tiene la recurrente sensación de que cuando ud. quiere vender a sus entrenados el mercado está bajísimo, cuando quiere reforzarse está altísimo; si se ha roto el alma 3 temporadas y tiene un prospecto para la U20, el sistema de pronto cambia, y decide que los multiskills son el futuro, y su jugador ya no es más de interés para el seleccionador; si ud. tiene un gran ataque, el ataque no importa; la forma siempre tiende a seleccionar a los jugadores clave para irse al piso, y no a los otros, y un largo, larguísimo etcétera.